Una anécdota de mi camino en el TaeKwonDo
Como Cinta Negra de Taekwondo he participado en decenas de exámenes. En uno de tantos llegó un sinodal de la Ciudad de México, un Cinta Negra de grado mayor, sexto Dan. Al término del examen, después de calificarnos a los aspirantes y darnos algunos consejos para mejorar nuestras técnicas nos preguntó porque practicábamos TaeKwonDo
.
Varios levantaron la mano y decían:
- Para ganar una medalla,
- Para defenderse,
- Para hacer ejercicio...
El profesor sonrió y nos dijo: Les voy a contar una anécdota que me sucedió cuando era estudiante como ustedes y procedió a contarnos:
Estudiaba en el Doyang Central y un día llegó un profesor Cinta Negra de Corea y empezó a dar algunas clases que eran muy buscadas porque el coreano era muy buen maestro y muy veloz y elástico. Una tarde, llegó el profesor a la escuela con una herida en el rostro. Era un corte cerca del ojo y sangraba. Rápidamente lo asistimos y el se fue a limpiar.
No sabíamos si su herida fue causada por un accidente o que la había producido y teníamos la duda hasta que uno de los grados superiores se atrevió a preguntar:
- Profesor, ¿Qué fue lo que le pasó?
- Nada, alguien me atacó cuando venía para acá...
Un murmullo de asombro recorrió el doyang, entre el ruido se distinguió una afirmación:
- Debieron ser varios, solo así lo lastimarían
- No, fue uno solo... respondió el profesor.
- ¿Como? No puede ser! Díganos, ¿como fue?
- Estaba en la parada, esperando el camión cuando un tipo, al parecer alcoholizado, sin motivo y atacando por el punto ciego se avalanzó hacia mi empuñando una botella de licor con la que buscaba golpearme en el rostro, mientras decía:
- ¡Eres una basura!
Logré esquivar el golpe, aunque alcanzó a darme, terminó de explicar el coreano. Se hizo el silencio en el doyang, una pausa incómoda, hasta que nuevamente el grado mayor le preguntó:
- ¿Y que hizo profesor? Seguramente le dio su merecido, ¿verdad?
Y el profesor respondió:
- No, dejé que se fuera, mientras gritaba algunos insultos, alejándose...
- Pero, ¿porqué? volvió a preguntar el alumno, con la voz alterada y los puños cerrados.
- Porque él tiene más problemas que yo, por eso, y ya, ¡formación! dijo, empezando la clase...
Hoy, a años de ese examen, y varios mas de que recuperé este texto que escribí en 2012, sigo agradecido de haber sido tocado por la experiencia de profesores como ese sinodal que intentó explicar que el TaeKwonDo mas que un deporte es un camino de vida, y que no debemos olvidar que practicamos un Arte Marcial: mas que para buscar medallas es para que busques tu equilibrio y puedas entender que hay peleas que no deben iniciar.
En mi vida he encontrado a personas que cuestionan lo que no entienden, que critican sin fundamento y como el alcohólico de la anécdota, con los sentidos embotados e incapaz de raciocinio pueden llegar a burlarse y no dudarán en decir también "Eres basura". Mas como el profesor coreano dijo: Ellos son los que tienen un problema...
Mensajes como la anécdota de este profesor, que recoge la esencia del TaeKwonDo como arte marcial deben retomarse. Recuerdo que éramos varias decenas de alumnos quienes presentamos examen entonces y cuan pocos logramos alcanzar la cinta negra, pero lo verdaderamente lamentable es el hecho de que algunos que alcanzaron este grado, quienes fueron mis compañeros de Doyang por años, intoxicados de vanidad, sintiéndose heridos por los logros ajenos, cayeron en la actitud del alcohólico de la historia.
Pena que no hayan aprendido de ésta y lamentable que algunas personas de esa época ya estén dando clases a las nuevas generaciones. Podrán enseñar la técnica, ejercitar sus cuerpos, pero no dejarán nada bueno en su mente y espíritu. Pero bueno, el problema es de ellos...
... ¡y de la organización en que están!
¡¡Chong Sung!!