Prohibidas las lágrimas, dije,
y con mi mano
quise sus mejillas secar.
Olvidé sus errores,
calmé sus temores,
la abracé y empecé a caminar
Se dejaba conducir
por el centro comercial
y sin darnos cuenta
llegamos donde una banda
ese día se iba a presentar.
No la solté,
no se soltó,
unidos continuamos sin pensar
en la multitud que pasaba
mientras disfrutábamos
nuestra mutua soledad.
¿Cuanto tiempo así estuvimos?
Es difícil de decir
fue apenas un suspiro
lo que tardan dos corazones
en sincronizar y latir
para compartir un destino.
Nuestros latidos ya eran solo uno,
en un abrazo que no tenía fin;
una brisa en mi barbilla siento,
percibo su mirada en mí
y acepto compartir su aliento.
Así, nuestros labios pronunciaron
las mas bellas palabras de amor
más no aquellas que oyen con los oídos
solo las podía oír nuestro corazón.
La noche cómplice
se presentó de repente
El tiempo había pasado
junto con tanta gente.
Nada importaba entonces,
yo estaba deslumbrado
convencido de que ella
siempre estaría a mi lado
La abracé dulcemente
para regresarla a su madre,
mientras a lo lejos
se oía:
"Eres todo lo que pedía,
lo que mi alma vacía
quería sentir... "