Y de repente ese amor que juraron era para siempre, ese que no tenía final... se acabó. Quizás fue la rutina, quizás fueron los celos, la falta de comunicación o quizás fue simplemente el que uno de los dos se dió cuenta que la compañía de su pareja, aunque agradable, no era amor... o que no era ese amor el que buscaba o necesitaba. Pero esto no es el problema.
El problema está en como terminar una relación que en su momento se pensó que "era para siempre". Lo mejor es dialogarlo, escuchar los puntos del otro y retirarse cordialmente, pero se necesita mucha madurez para ello... y en los asuntos sentimentales todos tendemos a no ser muy maduros o racionales, por lo que este escenario no es muy común. Si eres como la mayoría, seguro ya sabes lo que pasa: Silencios prolongados en persona e incluso en las redes, indirectas o provocaciones, reclamos y en una escalada sin sentido, ataques personales, ya sea en forma de burlas o tratando de hacerte sentir celos, motivados sólo por un egoista sentido de "venganza" y renunciando con ello a una posible reconciliación.
No se necesita de un estudio estadístico para saber que la gran mayoría de los rompimientos van acompañados de dolor, ira, tristeza y frustración, por lo que pensar en llevar una relación cordial con tu ex pareja suena improbable, o cuando menos, muy lejano. Hablo, por supuesto, de esas relaciones importantes para al menos uno de los dos. Cuando fue un "free", una relación de "amigovios" o solo algo que ambos sabían era momentáneo generalmente no hay problemas en terminar y seguir en contacto o llevar cierta amistad.
No así, reitero, cuando el rompimiento amoroso provocó un gran estrés a uno o ambos. Rotos los lazos, cada uno a su manera intenta retomar su vida "normal" y encontrar su equilibrio emocional y sentimental. No voy a referirme aquí a los pasos a seguir para superar este tipo de situación, cada relación es única y las personas que la integraron diferentes, no hay una única receta. Solo puedo decirte lo que tanto se dice y es bien cierto: El tiempo cura las heridas. Es solo el tiempo el que, tarde o temprano, te hace aceptar que todo ha terminado.
Si acaso, te puedo compartir lo que a mi me funcionó, una vez que la otra parte decidió unilateralmente terminar con todo y entendí que mis esfuerzos no solo eran ya en vano, sino que nos terminaban lastimando: corté toda comunicación. Empecé por borrar su número y todos esos SMS (sí, ya pasó mucho de eso, apenas se empezaba a popularizar el WhatsApp!), bloquearle de las redes y tomar distancia. Como dije, cada relación y cada persona es diferente, tu eliges la mejor forma de confrontar este problema, pero sea cual sea tu decisión, te tomará el tiempo que tenga que tomar... hasta que te des cuenta de que ha perdido importancia ese alguien que era lo mas importante para tí...
Y, suponiendo que lograste sortear todos esos malos ratos, recomponer tu corazón y superar a esa persona... ¿le hablarías? ¿intentarías hacer las paces? Creo que casi todos en automático gritaríamos un ¡¡NOOOOOO!! sin dudarlo siquiera. Es natural, casi un impulso biológico de supervivencia, pues de la misma manera que nos apartamos de esa planta con espinas con la que nos pinchamos un dedo cuando pequeños, es normal apartarse de alguien que en su momento nos provocó dolor o tristeza.
Pero navegando por la web, leí un escrito en el sitio elacorazado.mx que es una misiva a un ex y comparto mucho de ella en el sentido de superarlo, no odiarlo, aprender y agradecer las experiencias, buenas y malas... y dejarle ir. Porque si lo piensas bien, si sigues "atado" al recuerdo de una persona, no dejas espacio para que otra llegue a ti. Léela, con mucho detenimiento, el texto esta mas abajo, y si la haces tuya, te identificas con lo que dice, en mi perspectiva, estás en camino de la superación.
Cuando quise poner el enlace de ésta carta, encontré que el sitio no estaba disponible, tuve que acceder por el caché para sacar una copia del texto y por eso lo coloco más abajo, pero precisamente buscando la información encontré una segunda "Carta a mi ex" pero ésta enfocada a retomar la amistad con el ex. Suena, como dije al empezar, lo ideal, pues alguien con quien compartiste, que te conoce, podría ser si no tu pareja tal vez una amistad... pero en mi óptica, parece algo muy improbable, digno de mucha madurez y raciocinio... no solo de uno de los dos sino de ambos y esto casi no se da tras un rompimiento, quizás con el tiempo se podría, pero lo mejor será que lo leas y lo valores. Podrás acceder a esta segunda carta a través del enlace (esta vez si funciona).
Si acabas de terminar una relación, o acaso ya ha pasado el tiempo y las emociones se han aquietado lo suficiente para ver las cosas con otra óptica ¿cual de las dos cartas te pareció la mejor? ¿cual es la que tu utilizarías con tu ex? Te recuerdo, la primera carta continúa más abajo, solo la segunda es a través del link.
CARTA A MI EX
Durante mucho tiempo quise escribirle, no es que no encontrara las palabras, si no que me lastimó tanto la ruptura, que después de haber experimentado tristeza, depresión y ansiedad, sólo quedó en mí un sentimiento pesado, parecido al odio. Por primera vez, sentí realmente rencor. Un sentimiento terrible que me costó trabajo eliminar.
No voy a mentir, ahora no me cae bien, pero tampoco mal. Ya no le amo, y menos le quiero, pero tampoco le odio. No le deseo mal y sí, le deseo que tenga una buena vida.
¿Por qué?
Porque para mí y por mí, no es sano mantener un sentimiento negativo hacia alguien a quien quise tanto. No es coherente y me aleja de la persona que soy, de quien quiero ser.
No le odio porque odiarle es interesarme en su persona, no le odio porque es agregar un valor que se ha perdido y por último, no le odio porque odiarle, es amarle. Y ya no le amo.
Cuando nos enamoramos, amamos intensamente, nos vemos unidos a la otra persona por el resto de nuestras vidas, imaginamos un futuro a su lado, cómo sería, qué pasaría. Todo es perfecto.
Todos nos enamoramos de la persona equivocada, todos deseamos que sea la correcta, y de igual manera, idealizamos un futuro prometedor con aquella persona que nosotros creemos que nos hace felices.
A él (ella) le agradezco haberme hecho creer en un imposible, en un para siempre y en un futuro. Agradezco las peleas, los malos ratos y todas las veces en que mi corazón se partía. No cambiaría absolutamente nada.
Volvería a vivir el sufrimiento de un corazón roto, porque sin él (ella), sin todo lo que viví a su lado, no sería quién soy ahora.
Sin aprendizaje, autovaloración y amor propio, no podría agradecer nada por lo que el día de hoy doy gracias.
Si no hubiera vivido esa relación, ahora no podría apreciar el hoy, lo que tengo, con quién estoy. Sin aprendizaje no hay ganancia.
Gracias porque fui feliz, gracias porque fui triste. Gracias por el aprendizaje.
Quiero que seas feliz, exitoso/a y pleno/a.
Amar a la persona equivocada es lo mejor que puede pasarte, porque sabes que la persona correcta superará el sentimiento.
Y en este momento, yo soy mi persona correcta, aprendí a amarme como no sabía que podía amar. Aprendí a ser feliz sin depender de alguien, y sólo así, puedo compartir la felicidad.
Aceptando quién soy, lo que conlleva, con defectos y virtudes, absolutamente todo.
Pasado el tiempo, me doy cuenta de que ya no le amo, pero tampoco le odio. No le escribo, me escribo a mí, soy feliz. Y quiero que él(la) lo sea.
Sin sufrir, no se valora.
Sin valorar, no se ama.
Mi vida no sería igual sin haberlo/a conocido, aprendí a ser mejor persona. Ninguna experiencia vale si no has crecido con ello. De lo bueno, y sobretodo de aquellas desagradables.
El que no cae, no se levanta.
Este es el enlace a la segunda carta