16 Jan
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El lunes 14 de abril del 2008 en  el Aula Magna del Pabellón I de la Universidad de Buenos Aires, Daniel Paz, humorista gráfico , Carlos Núñez Cortés y Daniel Rabinovich, elementos del Grupo “Les Luthiers” y egresados de ese Centro de Estudios dieron la charla “Educación, Ciencia y Universidad en la mirada de tres humoristas” dentro de la muestra “Exactas con humor: la historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y la UBA vista desde el humor gráfico”

Daniel Rabinovich, se graduó en 1969 como escribano público, profesión que ejerció durante tres años. Perteneció al grupo de música y humor Les Luthiers desde su fundación en 1967. Tocaba la guitarra y el violín, además de instrumentos informales. También publicó dos libros de relatos, "Cuentos en serio" y "El silencio del final", que tuvo muy buena recepción en la crítica especializada.

En esa ocasión, hace un poco más de ocho años, Rabinovich leyó un escrito un tanto alejado del popular personaje conocido por todos, pero lleno de interesantes reflexiones.

PODEMOS SOÑAR

Gracias por la invitación a este antro… centro de estudios. Yo la verdad es que no he preparado un… o sea preparé una cosa que quería contarles a ustedes que por supuesto es lo que yo siento sobre la universidad, mi universidad y la vuestra, que no son chistes, la verdad es que no son chistes. La verdad que aunque empiezo con uno no son chistes, pero si lo quiero leer.

La República Popular China tiene 7 millones y medio cuadrados de superficie y una población aproximada de mil 200 millones de personas. Cataluña tiene 20 mil kilómetros cuadrados y una población aproximada de seis millones de personas. A finales del siglo pasado el presidente de la Generalitat Catalana, Jordi Puyol viajó a China en visita oficial. Fue recibido por Deng Xiaoping en el palacio de gobierno. Le explicó con numerosos datos y estadísticas que en Cataluña estaban los más importantes puertos marinos deportivos de Europa, que eran la comunidad más fuerte de España, que la industria y la pesca le daban una importancia enorme sobre el resto de las soberanías de su país.

Habló largo rato sobre la tradición cultural de Cataluña, de la enorme cantidad de escritores, filósofos, artistas plásticos y grupos y escuelas de teatro, de su riqueza, de su enorme potencial como zona turística, de sus valles y montañas, bosques, mar. Por otro lado agregó, somos más de seis millones de habitantes.

Deng Xiaoping lo miró, con sus ojos milenarios y le preguntó: ¿seis millones, dice usted? Seré curioso, ¿dónde se alojan?

Quiero reflexionar un poco sobre las perspectivas de nuestro país, de nuestra universidad. Si en los próximos años nos dedicamos a destruir sistemáticamente la totalidad de nuestra todavía endeble organización social de principios del siglo veinte y a dilapidar la riqueza acumulada en los bancos y la inteligencia de los argentinos; si aniquilar generaciones enteras enarbolando distintas banderas; si declararle la guerra a la OTAN no nos alcanzan como ejemplos, si pensar que durante muchos años solamente se podía decir algo almorzando en vivo por televisión, si los enemigos políticos se fagocitan, entre plato y plato, el patrimonio nacional, si pensamos brevemente en los actuales momentos de zozobra generalizada, en el medio de la pobreza, miseria, enorme inseguridad y abandono de la ética en todos los estamentos, si en la Argentina achicar el Estado es agrandar la nación y no pagar los impuestos no es un delito sino una vivada, pues bien, el futuro es uno solo: Temible y feo… como el presente. Pero hay otras posibilidades: podemos soñar.

Soñemos una sociedad civilizada, donde la gente duerma bajo techo, alimentada de acuerdo a sus necesidades, educada y ocupada. Donde el peatón merezca más respeto por parte de los automovilistas, donde se trabaje y se paguen sueldos decentes para que la enorme mayoría de delincuentes regrese a la vida honrada. Donde se pueda ir al fútbol esperando ver un buen juego, algo un tanto improbable, pero que se regrese sin ser violado, robado o matado por energúmenos de su propio club o de cualquier otro. Donde “ese otro” y su pensamiento diferente nos movilice y no nos aparte y que lo importante sea respetar las diferencias y no luchar contra ellas… el futuro puede y debe ser diferente y alentador.

Especialmente en el campo de las culturas y las artes, los argentinos hemos sido el espejo donde se miraba toda América Latina. Hemos producido generaciones de talentos que han sido orgullo de nuestra sociedad y a pesar de las enormes dificultades y de las continuas crisis, lo seguimos siendo. Tanto en el circuito comercial como en el independiente hay una efervescencia cultural asombrosa, y ni que hablar del esfuerzo de tantos argentinos para trabajar en las áreas de educación y ciencias, casi siempre muy mal retribuidos o directamente en forma gratuita.

Por eso podemos soñar en ser una sociedad manejada y controlada por un Estado poderoso, un estado bien alimentado que se dedique con eficiencia y honestidad a administrar justicia; proteger, curar y educar a la población y no mucho más. Que recaude y maneje el erario público de manera impoluta y en el que trabajen los que saben, aunque sean amigos y no por serlo. Donde nos enorgullezca el trabajo del juez, que sea un logro personal y de los mejores y más justos llegar a serlo. Donde el policía nos cuide de los que roban y no debamos cuidarnos de él.

Entonces sí, la mayoría de las personas vamos a vivir mejor, vamos a recuperar antiguos valores perdidos e inventar nuevos para una sociedad nueva y los humoristas vamos a vivir mejor también porque además de nuestra tarea habitual de hacer reir, vamos a pasar muchas horas del resto del día riendo nosotros, tan famosos por nuestro mal carácter, por nuestro mal humor. No estamos así por propia voluntad, es cierto.

Yo me imagino los próximos años buscando un líder mejor para nuestro gran país del norte, uno que se elija por su calidad de gobernante y su ética, aunque le gusten las minas en su aval intimidad, y no por su vocación de cowboy, por su pistola grandota… y más les vale si quieren mantener aunque sea en parte el imperio. La presencia de China como gran potencia del futuro inmediato es obvia y no me parece aconsejable pensar en matarlos a ellos también… ¡es mucho, es caro, es peligroso! Pueden perder. En China hay tanta gente como Barcelona… más Europa, Oceanía y América entera.

De manera que espero ver en los próximos años la consolidación del sistema democrático en la Argentina, la tranquilidad y la paz reinando en todo el planeta, el cuidado de la gente y de las plantas como vocación necesaria y la proliferación de las artes y las ciencias como bien jurídico tutelado. Volvamos a ser el faro de América. Volvamos a tener una UBA modelo como la que yo tuve la suerte de conocer, la UBA del 55 al 66.
Volvamos a tener luz, a tener gas, teléfono… acá.

Yo no conocía este edificio, estoy muy feliz de hacerlo porque realmente está mucho mejor de lo que yo imaginaba, pero subí dos pisos por escalera porque los tres ascensores están en reparación… Todo nuestro país lo está. Entonces, yo creo que ustedes y nosotros, nosotros y ustedes tenemos que repararlo, tenemos que mejorarlo y tenemos que soñar con una realidad mejor.

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