En 2013, aún en mi primer año de bachillerato, vi las convocatorias de las Olimpiadas de la Ciencia y pensé: Debo participar. En primer año de secundaria era parte del equipo olímpico de Geografía, cuando de repente no fuimos al certamen sin ninguna explicación, también lo fui en historia, donde logré llegar a la fase estatal cuando cursaba el segundo año. Creí que podría mejorar mi lugar cuando cursara tercero, pero en esa ocasión la profesora encargada me salió con un ¡je, je! ¡nos dormimos! como pobre excusa de que la escuela no nos inscribió. También en segundo de secundaria gané la representación de mi colegio para la Olimpiada de Matemáticas, examinándome junto con los mejores en esa materia tanto de mi grado junto con los de tercero, esa vez gané el 2° lugar en la fase de área, un estudiante de tercero me ganó. De hecho, los dos tuvimos correctas las respuestas de los exámenes, pero le dieron la victoria los examinadores bajo el criterio de que habría usado un mejor procedimiento. En tercero, inmerso en problemas personales (sentimentales, debería decir) no pude volver a representar a la escuela.
Por todo ello, pensé que ya era tiempo de regresar a las competencias académicas y me inscribí a los selectivos de matemáticas, historia y biología, ésta última mas por el buen recuerdo que me quedó cuando la estudié en secundaria, pues en preparatoria todavía no la cursaba, así que pensaba que no tenía mucha oportunidad.
En Matemáticas no fui seleccionado, debo reconocer que en Bachilleres Veracruz, escuela donde cursé la preparatoria, había muchos alumnos de buen nivel, entre ellos algunos que ya habían participado en olimpiadas. En historia si quedé en el equipo y en biología también, aunque creo que porque éramos muy pocos los interesados. Como dije, en mi escuela abundan los que son buenos en exactas, además de matemáticas, en física y química, también los que tienen un buen nivel en humanidades y destacan en Historia... pero en Biología, la cuestión cambia. Me enteré después que nadie recordaba, hablo de los maestros, de algún alumno que hubiera llegado a la fase estatal. Si hubo quien pudo obtener algún reconocimiento a nivel Área, que es la primera eliminatoria, pero hasta ahí, a diferencia de Matemáticas, Física o Química que en el devenir de los años varios representantes de mi escuela llegaron a fase estatal y unos pocos a la Nacional.
Por ello, a pesar de que en Historia me eliminaron en el certamen de área ya que a pesar de tener los aciertos para pasar a la siguiente etapa nos tuvimos que eliminar varios en mi misma situación con un examen oral, tocándome contra el representante de la escuela sede y obvio, en un ambiente hostil, quedamos empatados pero un juez se sacó de la manga un "gana la otra escuela, por argumentos"; mi sorpresa fue que de todos los que participamos en Biología, solo yo obtuve un tercer lugar, que me permitía seguir con vida rumbo al preestatal. Y la Dirección de la escuela, entonces a cargo de la Maestra Patricia Margarita Villar Sánchez festejó tanto a participantes como ganadores con un desayuno en el café La Parroquia, del que guardo gratos recuerdos.