- "Lo que molesta es tu falta de encaje y que todo lo quieras resolver con cosas materiales", le mensajeó molesta su chica... que evidentemente estaba dejando de serlo. No era algo nuevo y a él le pareció injusta esta última aseveración, una más de las muchas pedradas que le lanzó en los últimos días. Reconocía sus errores, más por inexperto que por intentar hacerle mal, pero no creía que le faltara determinación.
De hecho, había enfrentado dichos malquerientes contra ella por parte de compañeros del salón, la escuela y el gimnasio al que iba en que la tachaban desde rara hasta convenenciera, pasando por fácil y egoísta. Creyó que hablaban por hablar y perdió amistades defendiéndola.
Además, él tenía el valor y la intención de hablar con su padre y hacerle saber que tenían una relación ¿no había sido ella quien le pidió no hacerlo argumentando que si se enterase no les permitiría verse nunca más? Y pese a celarle, sus cambios de humor y silencios injustos ¿no seguía el, estoico, intentando salvar el noviazgo? No, no aceptaba eso de que le faltaba "encaje".
Sin embargo, lo de las "cosas materiales" le provocó una sonrisa en medio de su tragedia: Como estudiante dependiente de sus padres no disponía de mucho dinero y el que tenía lo juntaba para sus citas y poder llevarla a pasear, ir al cine y al café y sus pequeños obsequios eran solo eso: regalitos que no eran muy costosos pero que él buscaba se convirtieran en recuerdos de un momento juntos: Un llavero cuando sus primeras idas al cine, una cinta del gimnasio al que iba cuando ella fue a verlo, un álbum con las fotos de sus salidas juntos, cosas así.
No piensen que era avaro, también quería regalarle cosas más bonitas y ahorraba con la esperanza de hacerlo en el cumpleaños de ella, pero con tanto malentendido y discusión parecía que cada día que pasaba se hacía mas improbable. Le molestaba que pusiera el énfasis en lo "material" y no apreciara el tiempo y el esfuerzo que ponía en sus salidas. Como aquel mes de octubre en que ella le vio junto a quien creía tuvo "algo" en el pasado (sin ser cierto) e inició sus dudas y celos.
Para demostrarle que no era así, él preparó una salida especial: La llevaría al teatro a ver "Don Juan Tenorio", después irían a un "Portón" del centro ya que por temporada tenían chocolate con pan de muerto y ahí le daría un pequeño oso de peluche. El oso lo había comprado en una tienda cuando fue a ver los horarios y costos de los boletos para la obra, le llamó la atención porque iba "disfrazado" para Halloween con una especie de túnica que tenía impresa una calabaza negra, ¡se veía muy gracioso y era ideal para ese día! No dudó en comprarlo y se regocijó al pensar en la cara que ella pondría al verlo, pero quien puso cara de extrañeza fue él: le canceló de mala forma el mismo día la salida.
Ese fin de semana lo pasó mal, desconcertado, pero no estaba dispuesto a rendirse. El lunes siguiente, la buscó a la salida de clases y le dijo que pese a que no salieron el quería tuviera al oso de peluche, al momento que le daba la bolsa de regalo donde estaba ¡que ella se negó a aceptar! Como se imaginarán, los pocos estudiantes que estaban en el estacionamiento esperando, veían divertidos el estira-afloja del "Ten-No quiero" de la pareja ¡un verdadero "oso"!
Pasó algo de tiempo y llegó la madre de ella a buscarla en su auto. Bajó, vio la escena, habló con él quien le dijo lo sucedido y volteando a verla le dijo "Hija, acéptale el regalo" lo que ella hizo de mala manera, se subió al carro sin despedirse y eso fue todo. Ya todos se imaginarán como iba a terminar todo esto: Luego de una agonía de meses, la relación naufragó definitivamente, no sin algunos dramas por parte de ella y una honda tristeza por parte de él quien no pudo ver lo evidente, ya saben, el amor te vuelve ciego y loco.
Quisiera decirles que fue la única vez que "le vieron la cara" pero la vida muchas veces te vuelve a probar para ver si aprendiste la lección y en su caso, no, volvió a bajar la guardia de forma similar pero eso es otra historia. Si acaso en la temporada cercana al día de "fieles difuntos", al ver el pan de muerto se acuerda del oso de Halloween ¡y no el de peluche sino el que hizo!