SACARSE LA ESPINA...

1. loc. verb. coloq. Desquitarse de una pérdida, especialmente en el juego.
- Diccionario de la Real Academia Española

Fue bastante raro que en la escuela pidiera hablar conmigo a solas... y lo fue mucho mas por el hecho de que envió su petición a través de la chica del curso inferior que hace poco agregó como amiga en facebook y en Whatsapp y a quien en poco tiempo preguntó directamente si ella y yo salíamos. La respuesta negativa parece satisfizo su curiosidad porque después de eso sus pláticas se hicieron menos frecuentes. Ignoraba que nuestra mutua amiga me había puesto al tanto, ya que le extrañó sobremanera que tocara ese tema.

Habíamos sido muy buenos amigos, al comenzar el bachillerato fuimos muy cercanos pero la amistad con el pasar del tiempo se enfrío aunque se reavivó un poco cuando coincidimos en la misma área académica, más nunca como en los buenos tiempos. Como fuera, aún le tenía aprecio y salí a buscarla. Le vi en el pasillo y me acerqué:

- Hola, me dieron tu recado... ¿De que quieres hablarme?
- Si, tenemos que hablar... pero no aquí. Vamos a los salones que ya no tengan clases, ¿ok?
- Vamos.

Caminamos y fue fácil encontrar un salón vacío: en exámenes sumarios los estudiantes llegan, presentan el examen y se van. Claro, siempre quedan algunos platicando o simplemente perdiendo el tiempo, pero son pocos en realidad para un edificio tan grande. Entramos, y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo nos dirigimos a a la parte posterior del aula. De pie, esperé a que ella hablara.

- Pues esto ya se acabó, quedan algunos exámenes y quiero agradecerte que me hayas acompañado en el bachillerato, haberme apoyado siempre... a pesar de que yo lo hice muy poco... y ¿sabes? tengo una duda pero no sé si sea bueno preguntártelo... como ya termina la escuela e iremos a universidades distintas no nos veremos mas... ¿estamos en confianza? ¿me contestarás con la verdad?

Asentí con la cabeza, al tiempo que en mis sienes se empezaron a agolpar los latidos de mi corazón. Un presentimiento empezó a surgir en mi mente en el segundo previo al que ella hiciera la pregunta:

- ¿Pudimos ser novios? Es que... cuando entramos al bachillerato sentí que teníamos química, contigo me sentía bien, cuando salíamos también... y quiero saber...

La miré fijamente a los ojos al tiempo que inspiré profundamente y me dispuse a contestarle:
- Ok... pues sí... pudimos ser novios. Había confianza, yo también sentí esa química que dices y disfruté mucho nuestras pocas salidas... pero no sé porque no se dio... y de repente un día... ya tenías novio, tu actual novio...

Percibí brevemente en su mirada algo como una leve satisfacción y presurosa me contestó:

- Bueno... sabes que yo tenía problemas con mi platónico... y que él también estudiara en la escuela no me ayudaba... y la verdad tú tampoco habías olvidado a tu ex ¡siempre la mencionabas! y a veces parecías interesado y otras parecía que no ... y cuando empecé a salir con mi novio no me dijiste nada y casi dejaste de hablarme...

- ¡Hey! Aclaremos algo: reconozco que mi ex dejó una gran huella en mí, para mi fue mi primera novia y además mi primer amor y algo así no se olvida fácil, como tú y tu platónico, pero precisamente poco a poco y con tu ayuda la iba superando... y es bien difícil intentar una relación con alguien que al ir a buscarla entre clases te dice: "Mi platónico vino a mi salón, hablaba con una amiga pero volteaba a verme" y cosas así... y ver relucir tu mirada esperanzada por él una vez más. Si recuerdas, eso fue en primer semestre y por ello no te dije nada: esperaba que pusieras en orden tus sentimientos e incluso te dije que hablaran, quería que fueras feliz, así fuera con él... y de repente publicas en facebook que tenías novio, ¡con alguien de quien nunca me hablaste!, ¿cómo crees que me sentí? Y hablo más como amigo al que según le contabas todo... y si, dejé de hablarte: ya te había dicho que cuando mi ex y yo fuimos novios me molestaba terriblemente que los tipos que estaban tras ella, aún sabiendo que tenía una relación, le publicaran en sus redes... y que ella les contestara "bonito" lo hacía peor... y para no crearte problemas con tu novio y evitar chismes me alejé... ya que por si no lo sabías, algunos en la escuela creían que tú y yo teníamos algo en ese entonces...

Ella abrió más los ojos al tiempo que me preguntó: - ¿En serio decían... que tú y yo...? mientras un poco de rubor se asomaba en sus mejillas...

- ¡Claro! ¿No te lo decían a ti? Cuando platicábamos siempre pasaba alguien y me hacía un guiño con un pulgar arriba, cuando iba a tu salón antes de abrir la boca alguno de tus compañeros me decía "No está, se fue a la cafetería o está en tal salón" Y mas de uno me dijo: "Se ven bien juntos, deberían de andar..." Y cuando empezaste con tu novio obvio que NUNCA te iba a insinuar ya nada, ni invitar a salir ni nada.. ¿O esperabas que te pretendiera mientras tenías novio?

Su rubor mas encendido me hizo entender que se había dado cuenta de lo inoportuno de su planteamiento inicial, así que agregó, como tratando de componer las cosas:

- Bueno, en eso tienes razón... ¿Sabes? Fuiste el primer muchacho al que mi madre le tuvo confianza, contigo fue el primer permiso que me dio para dejarme salir sola , y... (dudó un poco antes de decirlo, pero finalmente lo dijo) eras su preferido, para ella tú eras el número uno... y mi novio el número dos...

- ¡Ja! Suelo causar ese efecto en mis suegras... más no en sus hijas... quise bromear, aunque un gusto amargo apareció en mi garganta mientras continuaba diciendo: No te preocupes, quizás fue mejor así, al menos seguimos siendo amigos y hablamos... ya sabes eso de que pierdes la novia y pierdes a la amiga, como me sucedió con mi ex...

- Pues si, a lo mejor, pero como ya es la última semana de clases, no quería que terminara sin sacarme la espina... y pues... creo que mereces a alguien mejor que yo...

Y sin añadir más se abalanzó hacia mi y me dio un abrazo, como en otros tiempos, de esos tan fuertes que casi te tocan el alma. Sentí su rostro en mi pecho y el recuerdo de otras pláticas y de otros contactos semejantes me hicieron entender que la posibilidad de algo más siempre estuvo presente, pero que tal vez fui demasiado precavido, demasiado respetuoso...

En ese breve instante recordé su genuina alegría la primera vez que salimos al centro comercial, esa vez la sentí energética, ahora veo que disfrutaba poder volar sola por vez primera sin la vigilancia materna... y en mi mente se materializaron sus abrazos, esos fuertes abrazos que costaba creer que esa pequeña gran mujercita podría dar... y casi tirarme con ellos ... también pasaron por mi mente las veces que en las salas de cine veíamos la película tomados de la mano y mejilla con mejilla, ¡y sus intentos por hacer que yo volteara para provocar un beso!, lo que nunca se dio... o la vez en que en medio de una lluvia ligera pero pertinaz fui a dejarla a su casa compartiendo un paraguas abrazados muy juntos ya que ella prefirió caminar que tomar un taxi ...

También entendí sus abrazos en ocasiones especiales, como cuando fuimos a cierto evento a otra escuela y ella pasó un mal momento así como su curiosidad sobre las chicas que me gustaban, anteriores a conocerla... y actuales, de la escuela, de los eventos y grupos a que iba... todo estuvo presente pero no lo vi... o no lo quise ver...

No sé cuanto tiempo estuvimos así, abrazados... cuando ella alzó su rostro me provocó darle un beso en la frente, pero ambos desviamos el rumbo y por fin sucedió... por primera y última vez: un beso... aunque quizás el sustantivo le quedó grande: fue un pequeño roce de labios, menor que un "pico" pero de mi lado, cargado de recuerdos.

- Que te vaya bien, te deseo lo mejor, le dije, separándome, terminando el abrazo y las confidencias...

Y ella, entendiendo que era el final se fue sin mirar atrás por un pasillo mientras yo tomaba otro distinto, tratando de entender lo que en ese salón había pasado hacía un momento... o tres años antes... ¡era el mismo salón donde ambos habíamos presentado nuestro examen de admisión!

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